Su próximo destino sería Cassino, Italia, año 2012. Reena, veintisiete años, recolectora de objetos perdidos, devoró el archivo adjunto que le proporcionaba datos sobre la misión. Viajar entre mundos paralelos la hacía sentirse viva. Trabajaba en el “Centro de la Humanidad” desde muy joven.
Esta
vez tendría que investigar a un caminante diurno que era el protector del sello
de San Benedicto. Parecía una rutina sencilla, debía recuperar el objeto y
traerlo a casa.
Programó
la crisálida: Hotel Residence Montecassino, sábado hora 8:00 am.
Se
materializó; a esa hora había pocas personas en los alrededores, unos muchachos
con la resaca del viernes, discutían en la calle. Caminó hacia el interior del
Hotel y alquiló una habitación y un coche.